domingo, 17 de abril de 2011

Raquel no iba a la playa y la playa fue a Raquel

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Utopía trajo el mar a mi habitación. Desde entonces escucho olas a deshoras y huelo a salitre cada vez que quiero. El Principito se ha bajado de su B612 y ahora ya no quiere volver. Yo tampoco.


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